Historia del sello postal

Hoy en día conocemos las estampillas como Sellos Postales, y los mismos están asociados a pagar el franqueo del envío de una carta.

Pero los sellos postales son mucho más que eso, se coleccionan en todo el mundo y conectan a generaciones de todas las edades. Este pasatiempo es divertido, atractivo, educativo y lúdico. Los filatelistas, tienden a buscar sellos raros y difíciles de encontrar, a reunir estampillas relacionadas con temas de su interés, como deportes, flora, fauna, a coleccionar los timbres postales de determinados países o años, y un sinfín de opciones. A esta afición se le conoce como FILATELIA.

Conoce la historia de una verdadera pasión en la Argentina.

El inicio

La historia postal mundial muestra cómo cada Nación, al organizar su sistema de correos, probó distintas alternativas para el pago del franqueo. En la República Argentina, esto se produce en el año 1748 con el establecimiento de un correo regular entre Potosí y Buenos Aires.

1810 - El período colonial

El período colonial y las primeras décadas que siguieron a la independencia producida en 1810 se caracterizaron por el uso de los "signos postales" que indicaban el lugar de origen del envío y eventualmente su pago previo. Este sistema implicaba en muchas oportunidades que el pago de la pieza enviada debía ser abonado por el destinatario, pero como éste podía rehusarse a recibirla, en ocasiones volvía al punto de origen y allí se intentaba su cobro. Esta dualidad se reveló como altamente problemática, no sólo en nuestro país sino también en el resto del mundo.

1854 - Año de la organización de los Correos

Ya en 1854, año de la organización de los Correos Nacionales, se dispuso que fuera el remitente quien pagase previamente toda su correspondencia. Este sistema no implicó la utilización de timbres postales, debido a que a la correspondencia ya abonada se le aplicaba la leyenda "Franca" mediante un sello de hierro.

Otros países habían comprobado la utilidad de los sellos adhesivos. Su precursor, Gran Bretaña, emitió en el año 1840 los primeros ejemplares de un penique de color negro y dos peniques de color azul, con la imagen de la joven Reina Victoria. Con el tiempo, estos sellos postales se convirtieron en imprescindibles entre los aficionados y fueron conocidos con el nombre de Penny Black y Penny Blue.

1856 - Primer Sello Postal Argentino

En el año 1843, Brasil adoptó el sistema del sello postal, mientras que Chile lo hizo una década más tarde. En esos años, Argentina no se encontraba unificada. Por esa razón, Corrientes fue la primera provincia en poner a la venta sellos postales el 21 de agosto de 1856. Éstos tenían el perfil de “Ceres”, diosa de la agricultura, por ser parte de una tierra considerada posteriormente como el granero del mundo.

Ese mismo año, el Estado de Buenos Aires, que estaba separado de la Confederación Argentina, imprimió unos sellos postales bautizados "gauchitos" por valores de cuatro, seis, ocho y diez reales, pero no fueron puestos en circulación, ya que en Julio el gobierno adoptó el peso como nueva moneda.

1858 - Buenos Aires puso en circulación sus primeros sellos

El 28 de abril de 1858, Buenos Aires imprimió nuevamente sus sellos postales. Esta vez los puso en circulación y la imagen que contenían era la de un sol y un barco de paletas a vapor. En 1862 aparecen las estampillas llamadas "escuditos", que contenían el nombre definitivo del país. Luego, siguió una serie de sellos de excelente elaboración. Estaban grabados en acero, que reemplazaba al cobre utilizado hasta ese momento. Las planchas de impresión procedían de Francia e Inglaterra, así como la impresora, las tintas y la perforadora. Su viñeta mostraba la efigie del primer presidente argentino, Bernardino Rivadavia, y constituyeron a lo largo del tiempo una emisión clásica de jerarquía internacional.

1892 - Los primeros sellos conmemorativos

En cuanto a los primeros sellos conmemorativos, fue el cuarto aniversario del descubrimiento de América por España, el 12 de octubre de 1892, la ocasión para realizarlos. La emisión estaba constituida por dos valores postales, uno de dos centavos y otro de cinco centavos, ambos de color azul. Comienza así su utilización como una manera de evocar determinados sucesos históricos, culturales o científicos y también mostrar al resto del mundo aspectos interesantes del país.